Máquina desvela los trucos del tabaco

Después de probar durante meses todas las marcas de tabaco a la venta en España, una máquina ha desvelado que los índices de nicotina o alquitrán que aparecen en el lateral de los paquetes de cigarrillos no son falsos, sin embargo no se corresponden con lo que el fumador se lleva a los pulmones, que por lo general es mucho más nocivo.

El condensado de humo arroja tres componentes fundamentales: nicotina, alquitrán y dióxido de carbono. Este último pronto deberá aparecer junto a los otros en las cajetillas, pero, de momento, las empresas no están obligadas a declararlo. Junto a estos ingredientes, otros cientos de sustancias, de 300 a 400, dan cuerpo al cigarrillo. Químicas, naturales y adictivas. Entre estas últimas, el famoso amoniaco, que fue descubierto después de que la máquina desglosara todos los ingredientes. La misión de este producto no es otra que aumentar el poder de adicción: el amoniaco, al evaporar más la nicotina, facilita su absorción por el organismo, con lo que el poder de adicción aumenta.

Luego están los agujeros de ventilación realizados con láser que perforan las boquillas de algunos cigarros. Estos pequeñísimos agujeros, sólo visibles a contraluz, permiten que en la “máquina de fumar” los componentes perjudiciales para la salud arrojen valores más bajos de lo que realmente después se inhala. El motivo es que la posición del cigarro en la máquina permite que estas perforaciones queden libres y por ahí escape parte del humo, rebajándose los niveles. Sin embargo, las perforaciones están a una altura idónea en la boquilla para que el fumador los tape con los dedos al inspirar.

Smokebye™

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